¡Felices Pascuas! ¡Nuestro Señor ha Resucitado! La tumba estaba vacía. Jesús se apareció a sus
discípulos con un cuerpo glorificado. Era real y hermoso en todos los sentidos de esa palabra.
Las Escrituras nos dicen que poseía habilidades únicas. Sin embargo, hay algo muy interesante
acerca de este cuerpo. Sus heridas quedaron en este cuerpo glorificado. Habrías pensado que
habrían sido sanados con un cuerpo perfecto. Se conservan porque son un testimonio de su
amor eterno y perfecto por nosotros. Eso nunca cambiará. Un día compartiremos Su
resurrección y poseeremos un cuerpo glorificado. Nos permitirá ser uno con todos por la
misericordia y el amor de Dios.