Cada domingo el sacerdote levanta el Cuerpo de Cristo, escuchamos las palabras de Juan el
Bautista: “Este esí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo...” Esta es la razón por la
que Jesús vino a la tierra. Como dice el himno de Navidad, Hark the Herald Angels Sing, “Nacido
para que el hombre no muera más”. A través de su muerte en la cruz, Jesús vino a mostrarnos
el amor de su Padre. Como cordero del sacrificio, nos unimos a él de manera única cuando lo
recibimos en la Eucaristía. Hagamos de la cita anterior nuestra oración cuando lo recibamos en
la Sagrada Comunión. De esta manera, nunca lo olvidaremos a Él ni al amor del Padre.